Cae la lluvia sobre el árbol afuera de la habitación.
Melancolía llama a melancolía.
El disco continúa en la grabadora, una, dos, tres veces más envolviendo las sábanas.
La discontinuidad de los recuerdos se derrama sobre estas almohadas cubiertas de jadeos y respiraciones profundas.
Nunca tanto dolor provocó este vacío…
Los fantasmas continúan su baile en nuestra tristeza.