martes, 16 de julio de 2013

El juego del deseo

Todas las tardes ella le espera impaciente en el confortable sillón de la sala. Todas las tardes, invariablemente, él atraviesa el umbral de su hogar a las 19:00 hrs. Se abrazan, se entregan en un apasionado beso y ella prepara la mesa mientras él habla de su día en la oficina. Ella a todo pondrá atención y asentirá con la cabeza como una dama de casa; él en cada anécdota maximizará sus hazañas cual héroe de ficción encarnizado. Así, al final de la cena, ambos se levantarán para prepararse a dormir. Un poco de conversa, un poco de televisión y el tic-tac indica que es tiempo. Nuevamente, se abrazarán, se entregarán en un apasionado beso y se dirán "hasta mañana, amor". 
         Cada noche, cuando él duerma, ella tomará su celular para dejar escapar su inconsciente. Escribirá las más hermosas frases jamás dichas a ese otro que reposa en su pasado. Añorará los tiempos añejos de vagar por las calles y tirar notas musicales en las aceras. Ambos descubrirán que ese mínimo contacto de deseo los sumerge en la imagen fantaseada de uno por el otro. Nunca fue en su tiempo y ahora no es su oportunidad. Ambos se pensaron únicos, pero insatisfechos. ¿Lo son ahora? 
         Por las mañanas ella preparará el desayuno. Atenderá los deberes de la casa. Saludará a las vecinas con una sonrisa traslúcida de emociones. Todo está en orden en este juego cotidiano.  

miércoles, 26 de junio de 2013

Acto de contrición

También caí en el absurdo del tiempo,
en la espera solitaria del transporte a media noche,
en el embriagador vino de la sinrazón.

Sí... también  derretí mis ensoñaciones
y desvelé mis ideas en espera de un beso,
de un cariño...o del acto más mortífero
de un "te quiero".

Fui la amiga estratega en el campo de batalla.
Lloramos juntos las derrotas y celebramos con premura los triunfos.
Vagamos por las calles extranjeras sin rumbo definido buscando paz para tus infiernos.
Tapiamos de lágrimas el piso de cafés y bares de la ciudad, de las ciudades.

Ella aún no sospecha la presencia oculta de tu alma, de yo-alma.

(Publicado en el blog de revista La Mancha, Chile en agosto 2013)

martes, 14 de mayo de 2013

Burbujas

Burbujeante espalda de Möett me abre tu cuerpo.
Roja seda deslizándose por mis piernas.

Hagamos de éste un sueño erótico,
no eres tú quien está conmigo
ni  yo quien te acompaña,
sólo máscaras deambulando en la noche lubricada de estrellas.
Tú, mi acompañante de ocasión,
yo, tu puta en turno.

Sonará la pista musical como el signo del sino
y las caderas se moverán al ritmo de esa salsa.
La tuya, la mía, aquella que nos hará recordar
e irremediablemente lloraremos sobre las sábanas-testigo.

Deseo morir por la dulce miel de tus labios,
abandonar la limitante dimensión que nos convoca,
vivir en tus ensoñaciones y despertar contigo cuando la oscuridad reine.

Deseo permanecer en el estado de la inconsciencia de tus acciones
gobernar tus pensamientos y provocarte el olvido de los días.

Deseo suspenderte en mi tiempo.

(Publicado en el blog de revista La Mancha, Chile en agosto de 2013)

jueves, 21 de febrero de 2013

Deceso

El pez que caminó entre los muertos se desescama a lengüetazos. Tiene el sino de la deshonra marcado en la frente, condenado a vagar errabundo entre las tierras sin mar y sin brisa que lo dirigan.
 
Voces, voces, voces que gritan insistentemente.
No oye, pero sí escucha. 
 
Ha traspasado las puertas de la Gran Jerusalén con los párpados a mitad de un sueño. A su paso las mareas de sal que lo resecan. "Un poco de agua" intenta pedir al forastero ciego que vigila la entrada.
 
Y su voz que fallece en el grito del silencio.
 
La inminente primera caída anuncia el final de un viaje. Mujeres harapientas se arrastran en busca de un mendrugo de pan. Él, él apenas puede ser un trozo de sal en medio del desierto.
 
¿A caso se puede ser algo más?
 
De pie, sin fuerza, mira caer su primera escama. El banquero tritura su cola con el tacón dorado que compró a una barata de burdel. No quiere que corra o que se adelante a su ritmo, no debe. Cae sin  llegar al oasis sagrado, donde se propagaba la esperanza de la redención. Ahí, en el suelo, los niños juegan a picarle las pupilas con un cigarro mentolado.
 
Las voces pululan como moscas a su alrededor.
  
El pez que caminó entre los muertos calló porque pensó que era mejor así. Se entrega como un suculento platillo al perro hambriento de poder.

lunes, 21 de enero de 2013

Señorita Botitas Blancas

La nube que arrulla los sueños prefiere no ser exiliada de la habitación.
Tas, tas, tas, tas,
Patitas de ternura que despiertan al sol cada mañana
tas, tas, tas
¿A qué huele la caricia de cada día?
grrrrrrr, grrrrr
La ternura ronronea debajo de la almohada,
asomando dos bolitas de algodón
tas, tas, tas, grrrr, grrrr
y aún no se ha dado cuenta del tiempo mortífero,
de las despedidas con retornos lejanos.
gggrrrrr, tas, grrrr
A ella no le importa el afuera
ni los otros
o lo otro...
brrrrr ¿me quieres?brrrrr