Una mano sobre el piano.
Un hombre frente al teclado,
si no...
La mujer arriba de unas piernas.
Una mano sobre la mujer.
Vuelta a la página.
Las notas danzan nocturnales, embriagadas de champagne y tatuadas de rouge.
Las noches como musas inspiradoras. Éste es un espacio donde la autora coloca el producto de esas reflexiones. Todos los derechos pertenecen a ella, se prohíbe el plagio.
Es sólo el sentir punzante del dolor.