Te enamoraste de una imagen
de lo imperecedero
de lo inanimado.
Esa,
no era yo
sino
la parcialidad
de alguien.
Yo,
la real,
soy la inexistencia
de tu mundo.
La sonrisa perfecta
la mirada encantadora
el cabello de amaneceres
algún día
envejecerán
aunque no lo asumas.
No te enamoraste de mí
sino del reflejo fragmentado
de mi yo perpetuo.
Las noches como musas inspiradoras. Éste es un espacio donde la autora coloca el producto de esas reflexiones. Todos los derechos pertenecen a ella, se prohíbe el plagio.
lunes, 28 de noviembre de 2016
sábado, 5 de noviembre de 2016
Padre
El abandono sucedió antes de la partida.
La ausencia de tí
llenó los huecos
con neuróticas alergias
Las mañanas nunca fueron de nosotros.
En la habitación
donde moró el ángel de la guarda
que mamá hizo
no estuviste tú.
En la casa
fueron las oraciones que ella nos enseñó
los platos plásticos que ella colocó
la comida que ella preparó
el cariño que ella entregó
Nos habías dejado antes de conocernos.
En el vientre no fui el hombre que quisiste
ni mis hermanos las niñas que deseaste.
Nací mujer
y eso
fue el sino de la desgracia marcada
Jamás cumplí tus expectativas
Hay tanto por reconstruir
en este edificio
de 36 pisos
abandonado
que soy.
La ausencia de tí
llenó los huecos
con neuróticas alergias
Las mañanas nunca fueron de nosotros.
El plato no vino de tu mano.
La noche no llegó con tus palabras.
En la habitación
donde moró el ángel de la guarda
que mamá hizo
no estuviste tú.
En la casa
fueron las oraciones que ella nos enseñó
los platos plásticos que ella colocó
la comida que ella preparó
el cariño que ella entregó
Nos habías dejado antes de conocernos.
En el vientre no fui el hombre que quisiste
ni mis hermanos las niñas que deseaste.
Nací mujer
y eso
fue el sino de la desgracia marcada
Mujer
Objeto
Nada
Jamás cumplí tus expectativas
Hay tanto por reconstruir
en este edificio
de 36 pisos
abandonado
que soy.
domingo, 30 de octubre de 2016
Nocturnal V
A F.
Eres los be(r)sos
de hiel y miel
que se diluyen
en los ríos
de esta mancha
humana.
Las ardientes horas
del deseo fecundo
en las bocas.
Veo deambular tu imagen
por un efecto de
Mercedes Sosa en mis oídos.
La ley se parece tanto
a este estado etílico del poeta
el sí y el no unidos.
¿Quién puede renunciar a ello?
Eres la paz adrenalínica de mis días.
Nocturnal IV
En este suspiro
se agota mi vida y
se evapora tu palabra.
Moléculas de vaho ardiente
que calcinan esta boca abierta
poseedora del deseo.
se agota mi vida y
se evapora tu palabra.
Moléculas de vaho ardiente
que calcinan esta boca abierta
poseedora del deseo.
Nocturnal III
En lo no-dicho
radica el mensaje
el sema oculto
la transformación afectiva.
Esa no-palabra
enunciada a pesar suyo
radica el mensaje
el sema oculto
la transformación afectiva.
Esa no-palabra
enunciada a pesar suyo
Luna
Noche
Almas
Verso
Complicidad
Concierto de luces trastornadas
Lo dicho se esconde en la sutileza de la metáfora
Nocturnal II (bis)
Fuimos vagabundos
del tiempo
por siglos
y convergimos
en el encuentro
a destiempo,
como constante
de lo inconstante.
En otro mundo,
sí, en otro
las vitalidades se encontraron
sin cuerpo-cadenas
sin leyes-denuncias.
Antes
fueron las sustancias
dos y una a la vez
deborándose caníbales en el beso
desbordándose como ríos que rompen las entrañas.
Esta noche
la luna-cómplice
abre el vórtice del viaje
¿volveremos a encontrarnos?
Te siento.
del tiempo
por siglos
y convergimos
en el encuentro
a destiempo,
como constante
de lo inconstante.
En otro mundo,
sí, en otro
las vitalidades se encontraron
sin cuerpo-cadenas
sin leyes-denuncias.
Antes
fueron las sustancias
dos y una a la vez
deborándose caníbales en el beso
desbordándose como ríos que rompen las entrañas.
El tiempo se hizo fuego en la piel.
Esta noche
la luna-cómplice
abre el vórtice del viaje
¿volveremos a encontrarnos?
Te siento.
sábado, 22 de octubre de 2016
Nocturnal II
Llega tu noche
y mi risa-carne
trasmuta en deseo.
Me habitas
en el minúsculo umbral
entre la duda
y el sin decir.
Llega tu noche,
tardía.
Si en aquel invierno
tu palabra hubiera sido tierra fértil
¿nos habríamos encontrado?.
y mi risa-carne
trasmuta en deseo.
Me habitas
en el minúsculo umbral
entre la duda
y el sin decir.
Llega tu noche,
tardía.
Si en aquel invierno
tu palabra hubiera sido tierra fértil
¿nos habríamos encontrado?.
En otra vida,
sí,
en otra.
Fuimos vagabundos del tiempo,
almas prófugas y
vecinos del sueño.
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