miércoles, 9 de julio de 2014

Arrogancia de la adultez

Se viene a la vida con la petulancia de pensarse eterno en ella..
¡Vanidad funesta!
¡Realidad atormentada!

Te descubres en medio de la lluvia,
de pie, derramando sangre y agua.
Esta esquina-féretro que te guarda,
paladas de cal y rocío bendito.
Que sea el epitafio de tu muerte estar en pie, mirando la ciudad.

Te descubres en medio de la soledad habitada.
De  las palabras de aliento "saldremos adelante",
no habrá un mañana después de ahora.
Aceptación,
rendición,
muerte.

La lluvia,
la lluvia, 
la lluvia, 
cae como paladas gélidas esta tarde.

Se viene exigiendo con la arrogancia del mundo,
de todas las generaciones que te preceden,
que te orillan en picada al vacío.

La línea que separa la luz de la oscuridad es muy tenue, imperceptible. 

Naces y te posicionas en el umbral del dolor marcando tu existencia.

Esta esquina
jamás
se vio tan inmensa e inalcanzable
como ahora.