viernes, 3 de agosto de 2012

Ladrona de asientos


Cuentan las voces antiguas -aquellas, las del principio de todos los tiempos- que entre medio de toda la noche, las pupilas felinas asechaban la oscuridad y ocupaban el espacio vacío de cada asiento. Dicen, las míticas palabras, que cualquier intento humano de persuasión no cambiará los hechos. Las pupilas felinas, de rostro felino, de garras felinas... llenará cualquier silla antes ocupada.