domingo, 24 de enero de 2010

Vidente

Soy la vidente ciega.
La que camina descalza por las noches,
aquella, la oculta.

Soy la que se desliza evaporándose en cada tropiezo.
Los vidrios de la botella desgarrando el paso.

La palabra no puede contenerse en la palabra.
Acordes de una vieja guitarra habitan en el fondo de una taza.
El grito profundo de los árboles meciéndose.

Salidas con retornos incluidos.
No es posible esperar.
El timbre de mi transporte llama.
En otra vida, sí, en otra vida.
La mano de alguien sostiene mi brazo.
Descreo de la cábala, el karma y los signos astrales.


Soy la vidente ciega,
la cabeza de serpientes con rostro de niña.

(Publicado en la revista digital Ombligo, Ciudad Juárez, octubre de 2012)

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