jueves, 7 de enero de 2010

Tempo

a S.
Te busco en la espesa neblina de esta noche.
No te oigo,
no te siento,
no te huelo...

Se evapora la risa con los días para convertirse en agua salina.
Las botellas vacías de vino flotan en la habitación.
El disco gira interminablemente, ahogándose.

Esta diarrea discursiva de tu mente
Sí y No,
sí o no,
si... entonces ¿no?

Circuitos repetidos... Al fin, sólo esperas. Agonizas desgarrado por esa voz sirénida.

El perro vagabundo te llama,
te busca,
te mira,
lame las heridas goteantes de tu cuerpo.

Hay que esperar a que el sol provoque la sequía...

*Publicado en la revista Una botella al mar (2º Lugar)

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