lunes, 28 de noviembre de 2016

Fotografía

Te enamoraste de una imagen
de lo imperecedero
de lo inanimado.

Esa,
no era yo
sino
la parcialidad
de alguien.

Yo,
la real,
soy la inexistencia
de tu mundo.

La sonrisa perfecta
la mirada encantadora
el cabello de amaneceres
algún día
envejecerán
aunque no lo asumas.

No te enamoraste de mí
sino del reflejo fragmentado
de mi yo perpetuo.


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