lunes, 23 de noviembre de 2009

Despedidas de esquina

Mordisqueo levemente tus labios con ese goce exacto entre dolor y placer. Mi mano va sin prisa descendiendo hasta el cinturón café que te sujeta. Vacila un rato por el lugar público.

El deseo comienza el ritual nocturno de luna llena.

Decidida entra, cual reptil, en la cueva misteriosa. Un gemido ahogado entre las dragonescas lenguas en posesión, ahí, sin prisa. La epidermis en punta de mis dedos hace contacto con la tuya erecta, dibujándola.

Mi boca continúa devorándote.

2 comentarios:

  1. Me gusta esta narrativa erótica. Breve y sustancionsa como el punto culminante cualquier acto.
    Abrazos desde Chiapas.
    Hugo

    Te sigo leyendo, Reyna.

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  2. Y miré tarde tu comentario Hugo... Un honor viniendo de ti estas palabras. Saludos donde quiera que estés.

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